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Navajas de oro

(Viernes 12 de junio de 2020). De potencista a peluquero, Felipe Navajas, el primer Regatas de Oro, nos cuenta su vida y sus recuerdos dorados en el club “remero”, en esta imperdible entrevista.

Felipe Navajas fue el primer premiado con el Regatas de Oro en 1989, distinción que de ahí en más comenzó a hacerse tradicional, no solo en la institución del Parque Mitre, sino también para el deporte Correntino.

Ya hace varios años alejado de esa disciplina con la que supo ser multicampeón, Felipe Navajas se desempeña, casualmente fiel reflejo de su apellido, como peluquero en el salón “Mis Amigos”, dedicado a todos sus clientes a los que él considera unos “verdaderos amigos”, reflejo de su humildad y simpatía.

En una imperdible entrevista, el pesista nos contó acerca de sus comienzos en el deporte, su adolescencia en el Club de Regatas Corrientes, sus títulos que lo llevaron a ser Premio Regatas, su relación con el club y mucho más.

¿Cómo se insertó y porque eligió el levantamiento de pesas?

Al ser socio del club tuve que elegir un deporte, y con 16 años me empezó a gustar las pesas, practicar potencia, y el entrenador de ese momento era Fernando Fader, quien rápido me vio potencial para practicar este deporte en 1986. Me gustaba el compañerismo del grupo, éramos pocos y nos conocíamos bien. Además me ayudó mucho hacer un deporte, como a todo joven, eso alimenta el autoestima, vi que podía irme bien y me convenció más.

En su adolescencia en el club ¿practicó otros deportes?

Tuve un paso de 3 meses por Karate que también me gustaba, iba a la playa como todo joven, jugué al futbol de salón. Hice varios deportes, pero me gustaba levantamiento de pesas, así que tuve que decidir con que deporte quedarme, y el entrenador me convenció para continuar con las pesas.

¿Le quedaron amigos del Regatas?

Como potencista tuve grandes amistades en el club, atletas muy buenos como Alejandro Fedrigo, mi entrenador Horacio Audizzio, Gustavo Acosta, entre muchos otros. Además amigos de otros deportes como Eduardo Mariño Rey (actual Capitán) que era profesor de Judo, entre mucha más gente, de la cual seguramente algún nombre me olvidaré.

En su infancia la peleó mucho ¿le costó llegar a donde llegó en su deporte?

De chicos éramos muchos hermanos y era difícil la vida. A veces los atletas necesitan indumentaria, alimentación especial, yo siempre la remé de atrás en esas cuestiones, pero también es lindo porque en el medio de las adversidades siempre me superé, siempre fui amante del entrenamiento, nunca flaqueé en eso, un atleta de nivel tiene que morir en el entrenamiento, y claramente esas dificultades me ayudaron a siempre perseverar, a nunca entregarse.

¿Cuáles fueron sus mejores marcas?

Yo siempre competí hasta 52 kg. de peso corporal, siempre era mucho más liviano que mis adversarios, competía con 49 o 50 kg. La competencia consistía en la suma de tres movimientos, sentadilla, banco y despegue. En sentadilla llegué a levantar 180 kg., casi 3 veces y medio mi peso. En despegue, que era mi fuerte, llegué a levantar 202,5 kg. No siempre levantaba esos en los torneos, porque allí se suelen dar otros factores, pero esas fueron mis mejores marcas.

¿Cuál fue su mejor momento en el levantamiento de pesas?

Desde el primer año compitiendo logré muchos títulos deportivos, pero creo que los más importantes fueron los del año que gané el Regatas de Oro, ese fue un año espectacular, un año que se me dio todo, siendo juvenil gané Campeonato Argentino Juvenil y de Primera, gané el Sudamericano Juvenil, el Panamericano Juvenil, verdaderamente fue un año impresionante para mí.

Tocó el Regatas de Oro, usted fue el primer galardonado con esta distinción ¿Cómo fue eso?

Para mi realmente significó mucho ganar el Regatas de Oro, es más todos mis trofeos, todas mis medallas, las regalé a escuelas del interior que necesitaban para las competencias que organizaban, pero al Regatas de Oro me lo guardé yo. Además lo hizo más especial que miraba a mis costados y en todas las disciplinas veía campeones, porque Regatas siempre tuvo en todos los deportes, excelentes atletas a nivel internacional inclusive, y entre todos ellos haber ganado, un pibe como yo, fue muy lindo y me emocionó mucho.

Después de tantos logros, ¿Qué lo llevó a dejar el deporte?

Tuve que optar entre el estudio o el trabajo, y comencé a trabajar. En esa época trabajaba 12 horas por día y no tenía tiempo, ni energía para entrenar. Lo primordial para el deporte es el entrenamiento, luego a uno le puede ir bien o mal, pero no se hacen las cosas a medias, y como no tenía tiempo para el entrenamiento, tuve que abandonar.

¿Probó volver a las pesas?

He intentado volver a los gimnasios, a las pesas, pero hoy en día no practico nada. Cuando intenté volver traté siempre de pasar desapercibido, pero todos me conocen siempre me saludaban muy eufóricos, “hola Campeón”, y si bien es algo lindo el reconocimiento, me llevó a desistir, porque no me gusta mucho eso, aunque obviamente lo agradezco, yo soy de un perfil más bajo.

Casi paradójicamente, su apellido se relaciona con su oficio, el de peluquero.

Hace 24 años vivo de la peluquería, y me gusta, además el oficio siempre estuvo rondando en la familia ya que mi papá es peluquero, y de esto vivo hoy en día, tengo mi familia, dos hijas, y soy feliz.

“Mis Amigos” ¿Por qué lleva ese nombre la peluquería?

La peluquería se llama “Mis Amigos” porque es una manera de premiar a mis clientes porque después de tantos años de cortarse el cabello con una persona pasan a ser amigos de uno, yo al menos los considero así.

¿Sintió el impacto de la cuarentena?

Estuve casi 50 días sin trabajar, y estuvo duro, como para todos los que viven del día a día, pero como siempre digo “el soldado se adapta”, así que morí callado y fue difícil, pero acá estamos nuevamente, además que la salud es lo principal.

Por último, a 30 años de su reconocimiento como Regatas de Oro, y de esas épocas como atleta, ¿Qué significa hoy en día el Club de Regatas para usted?

Yo amo el club de Regatas, como a mi querido Racing Club (entre risas), la verdad que amo el Regatas, apoyo la disciplina que sea, significa mucho para mí, fue mi casa, me cobijó mucho, contiene a los jóvenes. Hace muchos años que no visito mi querido Regatas, pero siempre lo llevo y lo llevaré en mi corazón.

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