Verano

¡El viejo y querido corralito!

(Miércoles 12 de diciembre de 2017). Los tiempos cambian, las generaciones pasan, pero el corralito está ahí, imperturbable pese al devenir del tiempo. Es que entre sus maderas la frescura, la espontaneidad, la felicidad perdura y perdurará, porque los niños ahí son felices, rodeado de afectos, de familia.

En la playa del Club de Regatas Corrientes es un clásico que los jóvenes tomen las silletas y pongan proa a las piletas de río con todas sus bondades. Los mayores, en cambio, disfrutan más en la arena, con el río en el pie.

Un tercer grupo orienta sus miradas y sus pasos a las parrillas para compartir un asadito, lejos del sol, pero cerca del calor que irradia una reunión social o familiar, como un tercer tiempo de verano.

En esa diversidad, que ofrece el Club de Regatas Corrientes, también hay otra opción, especialmente para los padres con niños. Y allí emerge, como si el paso del tiempo no hubiese pasado, el querido y viejo “corralito”.

Sus maderas para delimitar terreno, la arena para los juegos con baldes y palas, y el río, con la profundidad perfecta, hacen del lugar el elegido por los más pequeños, y por los padres, que lo eligen por seguridad.

Así al frescura, la espontaneidad, y la felicidad toman cuerpo en cada niño, en cada padre, porque en torno al “corralito” se reúne la familia. Padres, tíos, abuelos y obviamente los más pequeños disfrutan de él.

Quizás por eso el querido y viejo corralito sigue ahí. Sabiendo que generaciones y generaciones de regatenses, de correntinos, pasaron por el lugar privilegiado, que hoy está más vigente que nunca, porque entre tanto calor su frescura es interminable.

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