Fernando Calvi realizó su balance de la temporada regatense
(Jueves 27 de junio de 2024). El director técnico de Regatas Corrientes analizó la campaña en la Liga Nacional 2023/24 del equipo.
La temporada 2023/24 terminó para el Club de Regatas Corrientes luego de la eliminación en el quinto juego de la serie de cuartos de final contra Instituto de Córdoba, por lo que tras haber quedado 11° en la fase regular, finalizó en el 7° puesto de la temporada.
Tras la culminación y con algunos días para tener un panorama más en frio, el director técnico del plantel, Fernando Calvi, realizó un balance desde su perspectiva de lo que fue la campaña del equipo.
Cabe recordar que esta fue la primera temporada como coach principal desde el inicio para él, donde el Remero acumuló 24 partidos ganados y 22 perdidos (19-19 en fase regular). Además, con la idea en conjunto con la institución del armado de un proyecto, vale remarcar que tiene contrato por dos años más.
¿Qué análisis haces de la temporada de Regatas?
En el macro del resultado final en la tabla se podría decir que fuimos de menor a mayor, y en cuanto al rendimiento, también. Pienso que el rendimiento es parte solamente de una cuestión de tiempo, de trabajo, de construcción, que la construcción lleva tiempo, y obviamente, al final de temporada siempre se va viendo mejor. Las filosofías, situaciones que están asimiladas, todo mucho más entrenado, más aceitado.
Al inicio, en la pretemporada, dijiste que Regatas tenía que ser protagonista, ¿Crees que lo fueron?
Siempre creo que Regatas tiene que ser protagonista y la primera parte creo que lo fuimos. Creo que llegamos en un momento a tocar la quinta o sexta posición. Y el protagonismo por ahí en la tabla no se veía reflejado. Sabíamos que a la hora de jugar los playoffs, Regatas era un equipo que todos iban a querer evitar. Y bueno, El playoff contra Comodoro, creo que por ahí sorprendimos. Después ya lo que venía era parte de la competencia. Sabíamos que cualquier equipo nos iba a costar, iba a ser difícil, pero creo que dimos la cara con Instituto y estuvimos a la altura.
¿Esperaban terminar un poco más arriba en la tabla de posiciones?
El mes de marzo fue complicado porque perdimos los seis partidos que jugamos, y también se nos juntaron muchos lesionados, sobre todo en las mismas posiciones. Esos seis partidos nos tiraron bastante para abajo en cuanto al posicionamiento. Después pudimos reacomodar, ya empezaron a sumarse de vuelta los jugadores, los recuperamos y otra vez encaminamos para poder entrar a playoffs, donde creo que encontramos nuestra mejor forma, nuestra mejor versión y el resultado final creo que terminó siendo muy bueno.
¿Las lesiones complicaron mucho las cosas?
Nunca lo pusimos como excusa, y es algo que también creo que logré inculcar en el equipo de no excusarse en las lesiones, en que teníamos pocos jugadores, sino en dar un paso hacia adelante y tratar de adecuarnos a la situación que nos tocaba.
¿Cuál fue el punto más alto del equipo?
Obviamente fueron los playoffs, donde creo que ya a partir de que cortamos la racha esa de los seis partidos perdidos seguidos, acá con Zárate, ya el equipo empezó a levantar, sobre todo en el nivel emocional. Ahí fue un despegue para el equipo y después lo fuimos sosteniendo y fuimos mejorando el nivel. Ya para los playoffs, los dos partidos en Comodoro fueron muy buenos, el de local también, pero el de visitante, tiene otra dificultad. Con eso terminamos convenciéndonos que podíamos competir con cualquiera y, de hecho, fuimos al primero contra Instituto y le ganamos. Los pusimos en mucha dificultad y lo tuvimos match point en casa, y nos faltó muy poco para dar otro golpe.
Durante la campaña se vieron diferentes estilos, ¿cuál es la filosofía que quería pregonar?
La filosofía o lo que yo quería hacer, en un principio lo mostramos, se veía un equipo dinámico, un equipo rápido que corría a la cancha, que tiraba tiros en transición. Pero eso después tuvo que ir mutando porque hubo partidos que teníamos seis jugadores, se cargaban todos 30, 35 minutos, entonces no nos convenía ese ritmo de ida y vuelta. El desgaste físico no nos convenía, muchas posesiones al atacar y defender, más posibilidades de hacer faltas. Tuvimos que recurrir mucho a los juveniles, que lo hicieron recontra bien. Hubo veces que tuvimos que jugar a un ritmo muy bajo. Nos adaptamos bien, los bases de vuelta lo entendieron, lo hicieron muy bien. Ya al final de temporada, el partido acá, el tercero en Comodoro, hablamos de jugar rápido, de ponerlos a ellos en esa dificultad de tener que seguirnos a nosotros. Pero cuando fuimos a jugar con el instituto, lo contrario, a nosotros nos convenía planchar un poco el ritmo y también lo volvimos a hacer bien.
Ahí se pudo ver la mano del entrenador y los trabajos estratégicos…
Pienso que este es un juego de jugadores y un juego de ventajas. Las planificaciones se hacían de acuerdo a dónde podíamos tener ventaja y dónde creíamos que los otros equipos podían tener ventaja con nosotros. El plan siempre digo que es 20% y 80% la ejecución de los jugadores. Y después ver también que contra el plan nuestro hay un plan que choca. Entonces, ahí hay que imponerse y eso nunca se sabe. Muchas veces hemos planificado partido y después nos salían o se daban las cosas todo al revés. El rival juega, el rival te presiona, el rival tiene un plan, el rival estudia tus falencias, te ataca sobre eso. Pero en general, creo que estuvimos siempre ajustados al plan, creo que nos resultó, porque los jugadores estaban convencidos, porque la ejecución fue buena y porque también hay veces que es un tema de porcentajes.
Ahora, ¿ya a pensar en la temporada que viene?
En estos días nos sentaremos a planificar y ver que podemos hacer. Obviamente dependemos del presupuesto, como todos los clubes, eso se va demorando. También tenemos que ver los objetivos del club, los objetivos propios. Ver que podemos retocar, que podemos mejorar del equipo, y ya meternos de lleno en lo que va a ser el mercado.